Hoy la he vuelto a ver. Andaba a pasitos cortos. La cara hinchada tras unas enormes gafas de sol.
Teo Guevara va a la suya -como todo el mundo, en verdad-:
- Yo -dice- he sido y soy muy poco maricón. No soporto mear al lado de un hombre ni en un bar, ni en una estación, ni en ningún lugar. Me da asco y se me cortan las ganas de mear.
Ioana Alves te la sacaba de la bragueta -recuerda Jack- con toda la gracia del mundo.
Con sus finas manos se la acercaba a sus labios. Su lengua te acariciaba el capullo. Se la metía con todo el cariño y un gesto exquisito. Un rico, agradable, intenso movimiento. (LAfrontera)