Te enfrentaste con la muerte y te mató

Es el escalofrío de la enfermedad
Es el escalofrío del bramido de la muerte

El límite está ahí mismo
Nos mira limpiamente,
no le importan las caras tristes
ni nuestra extraña y oculta luz.

Nos quedó el calor imposible, compañero.
Nos quedó la llave del sótano.
Nos quedan las imágenes en medio de susurros.

Imágenes de fotografías inalcanzables,
que acuchillan nuestro semblante pálido,
nuestros cabellos blancos.
Que anulan nuestro nombre.

Imágenes de fotografías del pasado
Imágenes de fotografías de juventud
que se pierden, se desvanecen
en reflejos anónimos,
se derraman sobre latidos que ya no existen.

(LAfrontera).