Dónde estará aquel chaval tan amante de los viejos bares de putas.
Iba tan salido que entraba directamente al Water para hacerse una paja. Salía desafiante y arrojaba un poderoso billete al suelo. Inmediatamente le ponía el zapato encima.Pero todas las miradas habían sido más rápidas; se habían disparado hacia el dinero. Sonreía. En este momento
elegía a la mejor puta de la barra.
Se llamaba Pelayo.